Lo cuenta a OKDIARIO Antonio Casado Mena, el abogado de Natalia M.R., la acusada que se encuentra en prisión provisional por la presunta participación en la muerte de Juan Manuel R., el que era su novio desde los 14 años. Natalia M.R. denunció por violencia de género a Agustín M.A., el otro sospechoso, 53 días antes de que el cadáver calcinado de la víctima apareciese dentro de su coche en un bancal.
Un hombre divorciado, de 34 años, con una hija. Su cuerpo apareció calcinado en el asiento trasero de su Hyundai, en La Puebla, Cartagena, en el verano de 2021. Fue un vecino de la zona quien alertó de que un todoterreno estaba ardiendo en un bancal cerca de su vivienda. Fue a las 5.40 de la madrugada del 22 de agosto. Las llamas lo estaban devorando.
Desde ese momento y ante las declaraciones de los hermanos de la víctima, así como los WhatsApp cruzados con él, todas las sospechas recayeron sobre su ex novia Natalia (18 años recién cumplidos) y de Agustín M.A. (24 años) que también fue pareja de la chica y la misma persona que había sido condenado dos veces por violencia machista, al amenazar y quebrantar la orden de alejamiento que tenía sobre Natalia.
Se decretó el secreto de sumario y se detuvo a ambos sospechosos en un piso de Los Alcázares. El Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena decretó prisión provisional comunicada y sin fianza al entender que existía riesgo de fuga, teniendo en cuenta la gravedad de los hechos y que existían indicios de haber cometido los delitos de homicidio o asesinato, detención ilegal, amenazas y daños.
Hace unos días, trascendió que la acusada por el crimen del que había sido su novio durante cuatro años, había cursado una denuncia contra su exnovio (el otro acusado) por violencia de género. Lo que no se conocía hasta la fecha eran los detalles. Esa denuncia fue porque Agustín había publicado en una red social expresiones como: «Cuando lo vea solo, lo mato; me vas a buscar la ruina y te vas a arrepentir» o «me dan ganas de matarte por no estar conmigo, voy a ponerte una bomba en el coche». La denuncia tuvo lugar 53 días antes de que el cadáver carbonizado de la víctima apareciese dentro de su coche en un bancal.
Estas amenazas supusieron que el Juzgado de San Javier condenase a Agustín, mediante Sentencia firme el 3 de junio de 2021, a 40 días de trabajos comunitarios por un delito continuado de amenazas, así como una orden de alejamiento de Natalia de 300 metros o comunicarse con ella por medio alguno durante dos años.
Resulta relevante resaltar que Agustín M.A. ya contaba con antecedentes por violencia de género y que, apenas un mes y medio después de que se decretase la orden de alejamiento de Natalia, en agosto del mismo año, se la saltó, lo que provocó que la misma jueza condenara al sujeto por un delito de quebrantamiento de condena y le impusiera una pena de cuatro meses de prisión, mediante sentencia de 19 de agosto. Apenas cuatro días después aparecía el cadáver calcinado de Juan Manuel R.
Además de esas dos sentencias condenatorias, hay un dato muy relevante que no puede pasarse por alto y es que el asunto, policialmente hablando, se apertura como «caso de especial relevancia» a efectos de informar a la Autoridad Judicial y al Ministerio Fiscal lo siguiente: «En el presente caso, tras la práctica de la valoración con la información disponible, se ha detectado una especial combinación de indicadores que aumentan de manera significativa la probabilidad de que el agresor ejerza sobre la víctima violencia muy grave o letal».
Añaden los instructores que «cuando el Sistema VioGén genera un caso de especial relevancia, como sería éste en concreto, significa que en el mismo se observan factores de riesgo, en combinaciones diversas que multiplica por ocho la probabilidad de reincidencia violenta con resultado de muerte para la víctima».
Lo más llamativo y al mismo tiempo sorprendente, precisamente es que las amenazas eran de muerte para Juan Manuel (el ahora fallecido) y contra Natalia, tal y como se evidencia en el atestado, tratándose de ideas o planes que rondaban la cabeza de Agustín idénticos o similares a lo sucedido aquella noche: deseos de reventarle, estrellar el coche, poner bomba al coche, secuestro, acudir asiduamente a La Puebla (lugar en el que se comete el crimen)… ideas todas ellas que afirma el abogado Antonio Casado “sólo llevan a una conclusión: la muerte de Juan Manuel se pudo evitar”.
“A ella no se le ha tratado como víctima, hasta el punto que desde el juzgado se nos deniega hasta la valoración psicosocial de ella. Es un procedimiento que adolece de vicios de nulidad desde el principio, ni siquiera se respetó que la reconstrucción de los hechos fuese privada, encontrándose allí personas ajenas a la causa”, añade el abogado.
Publicado en OkDiario por Maria Zabay. 12/10/2022