Como abogada experta en derecho de sucesiones, son muchas las ocasiones en las que por desgracia, escucho historias de familias que, tras el dolor sufrido con motivo del fallecimiento de un ser querido, se ven involucradas en las cada vez más frecuentes contiendas de repartir los bienes del fallecido entre los distintos herederos.

En muchas situaciones, los conflictos que provoca el reparto del haber hereditario son de muy difícil solución – por ejemplo en caso de existir un único bien indivisible a repartir-, pero en otras ocasiones, dichos conflictos se podrían haber solventado mediante el otorgamiento de un testamento por el fallecido en virtud del cual, a través de los distintos mecanismos que establece el Código Civil, se hubiese previsto la forma y modo de reparto y administración de los bienes integrantes del patrimonio del causante.

Así, a modo de ejemplo, en el presente artículo voy a detallar algunas de las situaciones en las que el otorgamiento de un testamento por el fallecido puede ahorrar muchos quebraderos de cabeza a los familiares involucrados:

1º En el primer punto, nos encontramos con aquellas personas que tienen hijos menores y que, a la fecha de fallecimiento, ya no mantienen relación sentimental con el otro progenitor (es decir, de hecho o de derecho, se encuentran separados o divorciados): en estas situaciones, resulta que si no hay otorgado testamento, o si el que hay no prevé dicha situación especial, todos los bienes del causante pasarían al patrimonio de sus hijos, herederos forzosos del mismo, siendo administrados por el progenitor de los mismos. Además, nos encontramos muchas veces que las personas fallecidas son relativamente jóvenes, y por lo tanto, pueden llegar a ser incluso herederos de sus padres, pudiendo encontrarnos que a la hora de repartir los bienes de algunos de los abuelos de los menores, sean los progenitores de los menores quienes tienen que lidiar con los familiares de su expareja para el reparto de los mismos. Dicha situación, frecuente en la práctica, suele conllevar grandes conflictos entre los herederos, muchas veces abocados a procedimientos judiciales largos y costosos, y ello por cuanto generalmente las relaciones con las familias políticas en caso de ruptura de la pareja no suelen ser cordiales.

2º Otro caso que aunque no se ve mucho en la práctica, cuando se da provoca no sólo daños patrimoniales o económicos, sino conflictos sentimentales, son aquellos en los que habiendo hijos menores, ambos cónyuges fallecen. En dichas situaciones, si no está previsto el nombramiento de un tutor para los menores, nos podemos encontrar con una gran disputa entre los miembros de las familias de ambos progenitores fallecidos para ver qué persona es, de las dos familias, quien a partir de dicho momento se encargará de cuidar a los menores.

3º Por último, citar otro supuesto que se da en ocasiones y que conlleva grandes conflictos, como es el caso en el que se han producido cesiones de hecho inter vivos de alguno de los bienes inmuebles del fallecido a favor de sus hijos, pero sin otorgar el correspondiente testamento o escritura de donación (recordemos que la donación de bienes inmuebles tiene que ser preceptivamente en escritura pública, ya que en caso contrario, es nula). En dichas circunstancias, la persona que en vida ha estado disfrutando de un inmueble, abonando todos los gastos y utilizando el bien como si fuera suyo, se puede encontrar de un día para otro con la necesidad de buscar otro domicilio ante la necesidad de integrar dicho inmueble en el patrimonio a repartir.

A pesar de que únicamente he detallado tres situaciones, lo cierto y verdad es que el hecho de otorgar testamento, conlleva en todos los casos al menos, un gran beneficio para los familiares, como es el hecho de no tener que invertir ni el tiempo ni el dinero que conlleva fijar quienes son las personas llamadas a heredar (procedimiento que se puede realizar bien ante notario, con el acta de declaración de herederos, bien a través de un procedimiento judicial), y que es necesario hacer en caso de ausencia de testamento.

En resumen, el testamento es un documento que sirve de ayuda a familiares y herederos en caso de fallecimiento de alguien, ahorrando no sólo numerosos costes, sino lo que es más importante, una gran cantidad de conflictos entre los seres queridos del causante.

 Fdo. Sara Lloca Defior (abogada)