Antonio Casado Mena tiene 31 años y dispone ya de dos despachos de abogados. Empezó de manera convencional, abriendo bufete en una primera planta en un polígono de Cartagena, con cita previa y, eso sí, sin pasantes, que siempre le ha parecido una desfachatez y un abuso. Estos primeros síntomas de rebeldía le llevarían después a plantearse ¿Por qué no puede uno entrar al abogado para preguntar cuánto le costaría, por ejemplo, interponer una demanda de divorcio igual que entra a la peluquería para saber cuánto le cobrarán por las mechas?

Así que se puso en negociaciones con Eroski y montó en sus instalaciones un segundo despacho de abogados para ofrecer un servicio de proximidad. En el diseño del negocio nuevo prescindió de puertas y paredes, “de la secretaria no porque me hace falta” y renunció a lucir títulos “porque no me gusta que la gente se sienta intimidada ante la presencia de un abogado”. La fórmula, sencilla pero que rompe con el anquilosado entorno de la abogacía, le ha permitido crecer en apenas un año cerca del 300%.

Soluciones tecnológicas

Al cambio de concepto añadió un servicio de emergencia que funciona las 24 horas del día que Antonio define como “solución express” y buscó un socio tecnológico en su tierra, Sensei, para proveerse de una solución que mejorase las relaciones con sus clientes y le ayudara a gestionar sus casos de manera integral. Así que el maletín es otro de los artículos a los que renuncia Antonio para ir al juzgado, con el teléfono tiene suficiente.

Atiende casos de las ramas del Derecho Penal, Civil y Mercantil y se siente orgulloso de haber superado, en su opinión, la mayor dificultad de un despacho de abogados “que la gente entre. Y aquí pueden venir hasta sin ducharse. Otra cosa es que luego se queden que eso ya depende de otros factores”. Ejerce también la cercanía del Derecho a los ciudadanos a través de un chat mensual que mantiene en un periódico de Murcia donde da respuesta directa a cuestiones planteadas.

Propuestas de franquiciar

En cuanto a sus planes de crecimiento dice estar satisfecho con las cifras acumuladas hasta ahora, las cuales no revela por eso de que “en los sitios pequeños nos conocemos todos”, pero tampoco quiere atosigarse en exceso. Muchas veces le han propuesto acogerse al sistema de franquicias para abordar la expansión empresarial pero no termina de convencerle en un negocio en el que “lo importante es el capital humano y donde son fundamentales la capacidad de trabajo y la honestidad”.

Diversificación

El hecho de que en sus planes inmediatos no se halle sembrar las superficies comerciales de Casadomena Abogados no quiere decir que haya optado por tumbarse en la hamaca con el sonido de la caja registradora de fondo. Lo que pasa es comparte la abogacía con otras pasiones, una de ellas el flamenco, Cátedra que dirige en Cartagena, la otra, su ciudad natal, a la que se empeña en engalanar con un paseo de coches a caballo. Este es su próximo plan de negocio.