Qué hacer en casa (y qué no) con un niño que está sufriendo bullying
María Zabay y Antonio Casado nos explican qué hacer en su libro «Todos contra el bullying»
Tras las sospechas de meses, llega la confirmación de que nuestro hijo está sufriendo bullying y con esta, un mundo familiar que se derrumba. Pero los padres han de ser fuertes para ayudar a un niño que está sufriendo acoso. «Debemos ser muy cuidadosos con la manera en la que nos dirigimos al niño acosado y los mensajes que le lanzamos», apunta María Zabay, coautora, junto con Antonio Casado, del libro Todos contra el bullying, en el que dan las claves para detectar, evitar y solucionar el acoso escolar (Ediciones Alienta).
El problema no es baladí. Tal y como reflejan los datos del Teléfono contra el Acoso Escolar del Ministerio de Educación y Formación Profesional, de las 12.799 llamadas atendidas entre noviembre de 2017 y octubre de 2018 se extraen 5.557 posibles casos de acoso escolar. De estos la mayoría, siete de cada diez, llevaban produciéndose durante meses o años, y más de mitad de las víctimas lo sufría prácticamente a diario.
«Estamos frente a miles de menores que han perdido la confianza en sí mismos y su entorno. Que se consideran un despojo y hay poco que les pueda hacer cambiar al idea de forma rápida. Será un proceso lento, a través del que ellos se darán cuenta de que son queridos, que sí tienen virtudes y que otras personas les valoran. Por eso, es fundamental darle seguridad en sí mismo, piropearle y por supuesto, no culparle por su situación. Los culpables siempre serán los que le instigan», advierte Zabay. «Si el niño siente que le comprenden, habremos dado el primer paso para darle seguridad», añade.
Sin embargo a veces, prosigue Zabay, «se comete el error de hacer responsable a la víctima del maltrato recibido, diciéndole que las conductas de persecución tienen alguna justificación (como características que le hacen ser merecedor de la situación), tal y como nos comenta Pedro Azorin, educador de la Fiscalía de Menores de Murcia». Muchas veces, especifica la autora, «se tacha al niño acosado como de introvertido, carente de asertividad, insociable, depresivo… o se dice que no se sabe defender. Lo terrible es que a veces el entorno escolar e, incluso, los profesores, participan de ese proceso de victimización secundaria».
Todo ello cuando en casos de acoso escolar, advierte Casado, «es fundamental la protección inmediata de la víctima y que esta no se sienta indefensa. De hecho, hay que sancionar al infractor, al que produce un atentando a la dignidad de otro compañero, lo más rápido posible».
El papel de los padres ante el acoso
¿Qué pueden hacer, entonces, los padres? Para los autores de «Todos contra el bullying», lo más importante de todo sería que los progenitores «consiguieran crear un clima de comunicación con el crío y lograran aportarle confianza en sí mismo». «Que les hagan ver que están repletos de virtudes, que les quieren, que la vida es mejor con ellos y que no están solos, que cuentan con el apoyo de sus padres», insisten. «Un niño que se siente querido en casa es mucho menos vulnerable a los insultos y desprecios de sus compañeros».
Lo que nunca deben hacer los padres, advierten, «es pensar que el niño exagera y que son simples chiquilladas que se arreglarán solas. Nunca lo hacen. Son cosas serias». Es decir, remarca Zabay, «los padres no debéis huir de los problemas, hay que sentarse a solucionarlos». «Tampoco debéis tomaros la justicia por vuestra mano, pero sí intentar comenzar por hablar con los padres del menor acosador, hacerle comprender que lo que está haciendo no está bien y que, si lo hace y sigue haciendo, su comportamiento puede tener consecuencias tanto morales, legales y económicas graves», concluyen.
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