Todos los años, al inicio del curso académico, se producen novatadas entre los alumnos que se incorporan por primera vez a los institutos, a las universidades, a los colegios mayores y a las residencias universitarias principalmente. No obstante, el legislador español ha querido que la novatada no sea una figura delictiva en sí misma, a diferencia de los que ocurre en otros países de corte continental como Francia, donde se incluye en el código penal la novatada como delito y lo castiga además con la pena de prisión de 6 meses. Algo parecido sucede en el país vecino de Portugal, donde el ministerio competente ha abierto un sistema para denunciar los abusos. En cualquier caso, que en nuestro país no sea un delito como tal, no significa necesariamente que las acciones que se puedan derivar de las novatadas queden totalmente impunes, puesto que la novatada puede acabar en un delito o falta de lesiones, de amenazas, de injurias, calumnias o en unas vejaciones injustas, según se desarrolle la conducta típica, antijurídica, culpable y punible.

Recientemente se ha creado un colectivo que tiene por nombre “asociación contra las novatadas y el maltrato entre universitarios”, que son precisamente los que han promovido una incitativa para prevenir este tipo de conductas, en ocasiones excesivas, pues atentan nada menos que contra la dignidad de la persona. Las protestas sobre el tema de esta asociación sin ánimo de lucro, han llegado hasta el Senado y han conseguido que se produzca un acuerdo entre todos los partidos políticos, lo que ha desembocado en la primera moción a la que se han añadido 160 colegios mayores y residencias universitarias. Valga como importante dato el hecho de que en apenas 5 días desde que se ha abierto el primer registro para denunciar el tema, se han presentado nada menos que 32 denuncias por crueldad o humillación.

Ahora bien, ¿Por qué nuestro legislador no ha querido incluir en el código penal del 95 el delito de novatada? ¿Será porque media consentimiento entre los novatos y los que hacen las novatadas? ¿Será por la fuerza de la costumbre? ¿La humillación-sumisión es consentida en todos los casos? ¿Realmente se obliga a los novatos a realizar actos que no desean o están deseando los novatos dejar de ser novatos para hacerlas ellos al año siguiente? ¿Realmente atenta contra la dignidad de las personas? ¿Tiene acaso dignidad la persona o grupo de personas que no se defienden o se revelan contra sus agresores? Los que se niegan a hacer las novatadas y se defienden, ¿son obligados?